Óscar Inga disfruta de la calma del Olivar cuando hace sus rondas. Sabe que su trabajo es importante para mantenerla, que el orden que su presencia debe imponer es parte fundamental del equilibrio y la armonía que tiene el bosque.
Por eso, no dudó ni un segundo en insistir que se cumplan las reglas cuando Mario Sato Lamadrid paseaba a su perro sin correa y además se negaba a recoger las heces de la mascota. Sato no solo no le hizo caso, sino que lo atacó con insultos discriminatorios y hasta escupitajos. Óscar no dejó que eso lo intimide y siguió buscando que el joven acate las normas. ¿Qué recibió? Golpes en la cara que lo dejaron inconsciente por unos segundos y con el tabique nasal roto.
Eso tampoco lo detuvo. Cuando Sato Lamadrid quiso huir hacia Miraflores, el sereno -herido y sangrando- demostrando compromiso total, persiguió al sospechoso hasta que fue detenido por la Policía y trasladado a la comisaría de San Isidro.
El agresor deberá rendir cuentas ante la justicia y nos aseguraremos de ello.
En la Municipalidad de San Isidro estamos orgullosos de contar con miembros como Óscar Inga, que ponen el orden y la protección de todos los vecinos antes que su propia integridad física. La cobertura de sus gastos médicos, tratamiento y recuperación están asegurados.