Bambina llegó hace dos meses a la Clínica Veterinaria Municipal, por una llamada de algunos vecinos preocupados. Cuando fueron a recogerla, Bambina estaba postrada, sufriendo una lenta agonía. Una vez rescatada, se comprobó que sufría de un caso gravísimo de sarna que había tomado el 85% de su cuerpo. Además también se le detectó un problema en la columna y una avanzada esclerosis. La recomendación de los médicos fue una sola: Bambina es una perra mayor y no le quedan muchos años más. Hay que garantizarle calidad de vida.
Hoy, la perrita es la engreída de la Gerencia de Desarrollo Humano de la MSI. Perfumada, bañada, con un lazo celeste amarrado al cuello y ya recuperada, se pasea con calma por los jardines de su nuevo hogar, moviendo lentamente la cola para agradecer a su nueva familia, la doctora Erika Gogin y su equipo de veterinarios.