Como parte del programa de tratamiento especial denominado “Al rescate del Olivar” que emprendimos hace algunas semanas, a partir del lunes 10 de agosto los árboles del tradicional bosque serán podados y lavados con la finalidad de asegurar su preservación.
Ello de recibir el informe elaborado por técnicos especialistas de la Universidad Nacional Agraria a pedido nuestro, el mismo que determinó que el 75% de los más de 2800 árboles se encuentran afectados por el ataque de plagas y la presencia de hongos.
Las muestras realizadas entre junio y julio, arrojaron que los olivos vienen sufriendo un deterioro severo debido al ataque masivo de insectos, entre ellos la mosca blanca, queresas y cochinillas harinosas, también patologías producidas por la presencia de hongos (fumagina), hechos que perjudican su al reducir la superficie fotosintética poniendo en riesgo su integridad y prevalencia a través de los años.
Además la estructura de las copas no es la adecuada en densidad foliar y desarrollo de ramas, esto debido a podas mal realizadas, riegos inadecuados y condiciones nutricionales deficientes, lo que en el tiempo conllevará a la muerte de los árboles.
La poda es un mecanismo que busca preservar sanos a los árboles, evitando que el crecimiento no dirigido de sus ramas resulte en eventuales caídas que pongan en serio riesgo la integridad de las personas. Se eliminarán además ramillas y ramas secas, que se encuentran podridas y descompensen la fisiología del árbol.
De esta manera se mejorarán las condiciones para el desarrollo de los olivos jóvenes y asegurar la preservación de los centenarios. Cabe señalar que la poda no es una tala y es de vital importancia para el desarrollo y manejo de los olivares; fomentan una estructura abierta para preparar al árbol en la futura fructificación, así como contar con ejemplares sanos y vigorosos.
Si bien las acciones de lavado con productos especiales y no nocivos se iniciaron ya hace algunas semanas con hidrolavadoras de alta presión, estas se extenderán al total de árboles, permitiendo liberar las capas de polvo, restos de colonias de insectos y patologías sobre el follaje, retomando así su capacidad natural de fotosíntesis.
Durante la ejecución de las podas y lavados, las zonas de trabajo serán cercadas con cintas rojas y de acceso restringido al público a fin de mantener la seguridad correspondiente.
El tratamiento de los árboles contempla también el abonamiento, control biológico de plagas y las evaluaciones correspondientes. Se estima que todo el proceso culminará el febrero del próximo año.